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Con la llegada de la crisis, que de momento parece que no se va, irse de vacaciones fuera de España parece una idea cada vez más lejana para muchos, por lo difícil que resulta su mero planteamiento.

Conscientes de este ineludible panorama y, al mismo tiempo, de lo importante que es poder disfrutar de unas jornadas de descanso, te proponemos ir descubriendo distintos lugares de España con nosotros, conociendo así destinos potenciales para esos días tan necesarios.

13 de abril de 2009

Isla Cristina-Islantilla y sus tesoros

Isla Cristina es un municipio ubicado en una zona de marismas y pinares, dentro de la provincia de Huelva, concretamente en su costa occidental. Al igual que Isla Canela, está situado junto al municipio de Ayamonte, y al lado de Portugal. Ambas localidades tienen numerosas semejanzas, una de las cuales es el hecho de que las dos son localidades pesqueras, además de indiscutibles destinos turísticos.

Islantilla es una mancomunidad integrada por los municipios costeros de Lepe e Isla Cristina. Fue creada en 1991, con vistas a potenciar un turismo de calidad, así como a convertirse en uno de los referentes turísticos de la provincia de Huelva. La agrupación urbano-turística de Islantilla está situada en la costa entre ambos términos municipales. El área más céntrica, a pie de playa, reúne hoteles, apartamentos y un centro comercial de reciente creación, con todo tipo de establecimientos, restaurantes y un multicine.

El nombre de Isla Cristina tiene un curioso origen. Antiguamente, en el siglo XIX, el lugar llevaba por nombre La Higuerita. Sin embargo, durante un azote de cólera, la Reina María Cristina de Borbón envío gran cantidad de ayuda a la zona, a fin de aliviar la horrible situación, por lo que, a raíz de esta contribución, el nombre fue modificado a Isla Cristina.

La economía del municipio continúa enfocada hacia la pesca, actividad que dio origen a los inicios de aquél. En la actualidad, la lonja de Isla Cristina es la primera del país en pescado fresco subastado, por euros totales facturados.

En otro orden de cosas, son cuatro las playas que destacan en Isla Cristina: Playa Central, Playa de la Redondela, Playa del Hoyo, y Playa Punta del Caimán. La más aislada de entre ellas es Punta del Caimán. Al no tener un fácil acceso, no cuenta con servicios como las otras, pero al mismo tiempo es la más tranquila de entre las mismas. En todos los casos, se trata de playas de agua cristalina y arena dorada, y su limpieza invita a visitarlas, tanto para pasear, como para nadar o tomar el sol. De la misma manera, sus aguas transparentes, en la costa que se extiende a lo largo de unos 12 kilómetros, generan condiciones muy propicias para la práctica del submarinismo. Ni que decir tiene que la zona constituye un lugar idílico para los amantes de deportes náuticos como el surf, el windsurf, la vela, la motonáutica y la pesca, entre otras actividades.

El Parque Natural de Las Marismas, enclave de gran belleza, resulta por otra parte una zona de recomendada visita. También es aconsejable considerar en este sentido los numerosos edificios históricos del lugar, de gran belleza, siendo uno de ellos la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, Patrona de la población.

11 de abril de 2009

Punta Umbría, paraíso protegido

Al hablar de Punta Umbría, hablamos de una bella población marinera situada en la provincia de Huelva, a 25 kilómetros de la capital de la misma, dentro de la Comunidad Autónoma de Andalucía.

El municipio cuenta con dos motores principales sobre los que se desarrolla su actividad económica: la pesca y el turismo. En este sentido, cabe destacar que Punta Umbría posee una de las flotas pesqueras más importantes de la provincia.

Al mismo tiempo, la localidad goza de una gran riqueza natural, pudiendo enorgullercerse de los tres espacios naturales protegidos contenidos en su zona: La Laguna de El Portil, el Paraje Natural de los Enebrales de Punta Umbría, y las Marismas del Odiel- siendo este último declarado como Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1983. Teniendo en cuenta lo anterior, se entiende que el lugar sea paso para millares de aves migratorias cada año.

Uniendo esto al hecho de que Punta Umbría posee unas fantásticas playas, de finas arenas doradas y aguas limpias, cobra aún mayor sentido el hecho de que el municipio haya sido elegido, como destino de descanso y disfrute preferido, por una significativa cantidad de turistas, atraídos por su paradisíaca combinación de entornos naturales.

A continuación, el lector encontrará las playas que podrá visitar en Punta Umbría. Una de ellas es Playa de El Portil. Es una larga playa, de cerca de 4 kilómetros, cerca de la cual se encuentra la laguna del mismo nombre catalogada como espacio protegido. También está la Playa de la Bota, igualmente de gran extensión, a la que puede llegarse con facilidad, y donde puede disfrutarse de agradables paseos. Es la playa más frecuentada por los amantes de la pesca, especialmente por los profesionales locales del gremio. Otra interminable playa es la de Los Enebrales. Enclavada en el Paraje Natural de los Enebrales, al igual que el resto de las playas de la zona, es ideal para realizar prolongados paseos y disfrutar de su bello entorno. Por último, la Playa de Punta Umbría es la más urbanizada de la zona y la más frecuentada por bañistas, disponiendo asimismo de los mejores servicios.

A la hora de comer, la gastronomía puntaumbrieña ofrece una amplia variedad. Algunos platos que destacan son los guisos marineros de rape, la raya al pimentón, los fideos con caballa o los adobos de pescado. Por supuesto, no faltan los fritos de pescado acompañados de distintas guarniciones, ni los chocos fritos, la corvina o el pez espada. El marisco es igualmente una sabrosa constante en Punta Umbría. De postre, despuntan los helados preparados artesanalmente. El visitante podrá encontrar estos platos en chiringuitos playeros y restaurantes del lugar, que de seguro harán las delicias del viajero.

Al ser el turismo una de las principales actividades económicas de la zona, encontrar alojamiento resultará sencillo a quien desee disfrutar de su tiempo libre en ella. Existen numerosos hoteles y apartamentos de todo tipo y clase, de entre donde poder elegir la opción favorita.

8 de abril de 2009

Matalascañas, armonía con Doñana

Al hablar de Matalascañas, lo hacemos de una playa y urbanización dentro del municipio de Almonte, en la provincia de Huelva, al suroeste de la Comunidad Autónoma de Andalucía. La zona está rodeada por el Parque Nacional de Doñana, y linda, además, con el Océano Atlántico y con Mazagón.

La población del lugar aumenta considerablemente durante el verano, al ser el punto de la Costa de la Luz onubense que absorbe más turismo. Esto se debe a que cuenta con las infraestructuras más desarrolladas- tanto en cuanto a hoteles y apartamentos, como en cuanto a servicios, en lo que se refiere a bares, restaurantes y tiendas- de toda la provincia. Un elevado porcentaje del turismo que elige Matalascañas para pasar sus vacaciones es de nacionalidad española.

La playa en sí es de estilo familiar, y se extiende a lo largo de unos 4 kilómetros de arena clara y aguas limpias. Si bien la parte urbanizada está muy bien equipada, a medida que el visitante se aleja de Matalascañas y se va adentrando en el Parque Nacional de Doñana, la playa se va desertizando, menguando simultáneamente la cantidad de servicios. Una peculiaridad de la Playa de Matalascañas es que representa el único acceso posible a pie hacia las playas del Parque Nacional de Doñana, abriendo de este modo la entrada a 40 kilómetros de costa, dentro de una de las más importantes reservas naturales de Europa.

Otra de las características atracciones de Matalascañas es la Torre de la Higuera, conocida igualmente, a nivel popular, como el Tapón de Matalascañas. Se trata de una torre vigía con varios siglos de antigüedad, que se encuentra volcada en posición invertida en la amplia playa. Su estado de conservación es únicamente parcial, al haber sido deteriorada por el mar y los temporales a lo largo del tiempo.

En suma, el lugar es tanto idóneo para disfrutar de unas vacaciones de costa, como para practicar turismo de naturaleza, realizando excursiones al Parque de Doñana. La bondad del clima permite además realizar una gran cantidad de actividades al aire libre, dentro de las que, por supuesto, quedan incluidos los deportes acuáticos.

7 de abril de 2009

Peñíscola, refugio del Papa Luna

Peñíscola, municipio situado en la costa norte de la provincia de Castellón, en la Comunidad Valenciana, se erige sobre una península de roca. Antiguamente, esto le otorgaba una interesante posición estratégica en cuanto a defensa, debido a que el estrecho que la conectaba a tierra, quedaba sepultado bajo el agua una vez al año, durante una semana.

Sobre el peñasco se alza el hermoso casco antiguo de la ciudad, que, con rotundidad, es presidido por el castillo que sirvió de refugio al Papa Luna en sus últimos días. Tomando como referencia este punto, existen dos caras bastante diferenciadas, una al norte, y otra al sur. De la cara sur de la península cabe destacar que es sede del Puerto de Peñíscola.

Sin embargo, tanto al norte como al sur de la península del castillo existen espaciosas playas. Si lo que se desea encontrar son calas y espacios más tranquilos, la ruta a seguir es en dirección sur, donde comienza la Sierra de Irta. En cambio, si lo que se desea es disfrutar de una playa de arena en toda regla, y sin tener que alejarse demasiado del casco antiguo, tanto la Playa del Norte como la Playa del Sur son dos candidatas perfectas.

Y qué mejor que hacer acopio de energía, degustando alguno de los platos típicos de la cocina peñiscolana entre chapuzón y chapuzón. Platos como el “All i pebre” de rape, el “Suquet” de pescado, los “caragols punxets”, los dátiles de mar, el “arròs caldós”, y la “fideuà”, o el arroz negro, harán las delicias de los más exigentes paladares. Los exquisitos postres tradicionales incluyen el “biscuit del frare Vicent” (bizcocho de almendra), los “flaons de Peñíscola” (pastel de requesón y almendra), o las típicas tartitas del Papa Luna (almendra, naranja, miel y requesón).

Por supuesto, ni que decir tiene, que una visita al Castillo Templario-Pontificio de Peñíscola es muy recomendable. No sólo es éste un referente crucial en la historia de la ciudad, sino que también es un apreciado centro cultural reconvertido- que alberga, entre otros, exposiciones plásticas, congresos, y conferencias-, además de ser la sede del Festival de Cine de Comedia de Peñíscola.

En cuanto a la oferta alojativa de la ciudad, ésta es amplia, y el viajero encontrará una buena cantidad de hoteles y apartamentos de diferente categoría, de entre los que podrá elegir el que más se ajuste a sus deseos.

6 de abril de 2009

Mojácar y sus infinitas playas

Mojácar, hermoso municipio de casas típicamente blancas, situado al suroeste de la provincia de Almería, disfruta de una ubicación privilegiada, hallándose protegido del viento por el macizo montañoso conocido como Sierra Cabrera- que se alza en su parte trasera-, y gozando de vistas privilegiadas sobre el cálido Mar Mediterráneo.

Con suaves temperaturas a lo largo de todo el año, el agradable clima propicia la exuberancia de flores, al igual que de cultivos propios del lugar. La amable climatología convierte al lugar asimismo en un emplazamiento idóneo para pasear por sus calles y disfrutar de actividades al aire libre. La multitud de pequeñas tiendas que ocupan las angostas y limpias callejuelas empedradas, ofrecen una gran variedad de artículos de artesanía. Algunos de los materiales empleados en la fabricación de dichos productos son la jarapa, el esparto, así como la cerámica o el cuero. La oferta se ve especialmente incrementada los miércoles, día de mercadillo.

El casco antiguo de Mojácar, vestigio de una historia poblada de diferentes civilizaciones y culturas, sorprende al visitante por el entramado medieval de sus calles, repletas de rincones monumentales que salen a su encuentro. En este sentido, se recomienda dejar el coche aparcado y tomarse el tiempo de recorrerlas a pie, a fin de poder apreciar la belleza arquitectónica que esconden.

Por otra parte, la costa de Mojácar, con 17 kilómetros de playa, invita a disfrutar del sol y del mar de una infinidad de maneras. Dentro de esta amplísima extensión pueden encontrarse desde calas vacías hasta playas bulliciosas; un abanico capaz de satisfacer las más diversas necesidades de ocio. En 2007 fueron tres las playas del municipio merecedoras de Bandera Azul: Marina de la Torre, Piedra de Villazar y Playa del Descargador.

Mojácar es sin embargo mucho más que sol, playa, artesanía e historia. La combinación de su rica y variada gastronomía junto a sus benévolas temperaturas, hacen del lugar un destino perfecto para disfrutar del taperío de sus bares. Con la caída del sol, la magia inunda la noche, y se abre la posibilidad de pasar agradables veladas en los numerosos y animados bares de copas que hay, tanto en el pueblo, como en la costa.

En definitiva, se trata de una localidad que bien merece ser visitada y experimentada en todas sus dimensiones y con todos los sentidos. Dentro de la oferta alojativa de Mojácar se encuentran tanto hoteles como apartamentos, teniendo así el visitante la oportunidad de elegir el tipo de hospedaje más acorde con sus requerimientos.

5 de abril de 2009

La Manga, entre dos Mares

La Manga del Mar Menor, considerada por algunos un paraíso entre dos mares, es una lengua de tierra de 24 km de extensión. Esta bonita región, que constituye uno de los complejos turísticos más preciados del Mediterráneo, queda acotada al oeste por el Mar Menor, que es como un gran lago de agua salada con una pequeña abertura, y, al este por el Mar Mediterráneo.

Curiosamente, ambos mares se encuentran comunicados, teniendo dicha comunicación lugar por medio de unos canales llamados "golas", mediante los que el agua fluye entre sí. La explicación para este fenómeno es no obstante sencilla. Hace siglos, lo que hoy se conoce como Mar Menor representaba una bahía abierta, y La Manga, una extensa sucesión de pequeñas islas muy próximas unas a otras, entre las que, con el tiempo, fue sedimentándose tierra, lo cual, paulatinamente, fue originando La Manga del Mar Menor.

Desde el punto de vista administrativo, La Manga del Mar Menor se encuentra dividida en dos municipios diferenciados: Cartagena y San Javier. Tanto uno como el otro acogen numerosas playas. Esto, unido a su cálida climatología y la tranquilidad de sus aguas, convierte a la región en una zona perfecta para la práctica de actividades y deportes náuticos, en especial la natación y la vela.

Sin embargo, además de los deportes náuticos, La Manga del Mar Menor reúne magníficas condiciones para la práctica de otros deportes, como, entre otros, el golf, el patinaje, el paddle y el tenis. Por otra parte, la existencia de un carril especial para bicicletas, junto con la gran llanura que muestra la mayor parte del terreno, convierten a la región en una delicia para los aficionados al ciclismo.

Gastronómicamente hablando, la cocina es típicamente mediterránea, y algunos de los platos que pueden ser degustados incluyen el mújol al horno y la dorada a la sal, si bien el plato típico por excelencia es el caldero, cuyos principales ingredientes son el arroz, el pescado de roca y el pimiento de ñora.

Teniendo en cuenta la amplísima superficie de la región, queda a disposición del visitante una importante oferta de hoteles donde elegir su lugar de estancia para el disfrute de todo lo que la zona ofrece.

3 de abril de 2009

Denia, lugar de playas eternas

El municipio de Denia se encuentra situado en la provincia de Alicante, dentro de la Comunidad Valenciana. A lo largo de su costa de 20 kilómetros pueden encontrarse tanto playas de arena, situadas especialmente al norte, como calas rocosas al sur. Así, Denia, o Dénia en valenciano, cuenta con dos zonas de playa diferenciadas, siendo una Las Marinas, y otra, Las Rotas.

Dentro de la primera, se encuentran las playas más arenosas. Éstas incluyen: Cagarritar, que es la que se encuentra más próxima al centro; Les Deveses, con más de 4 kilómetros de arena dorada y dunas; La Almadrava, dividida por la Punta de mismo nombre en dos ensenadas de aguas transparentes; Els Molins, con una desarrollada infraestructura enfocada a los servicios y al ocio; Les Bovetes, en cuyos más de quinientos metros se puede pasear; Les Marines, cuatro veces más amlia que la anterior, y donde pueden alquilarse hamacas, sombrillas y patines; Albaranas, playa semiurbana, bien equipada y que facilita la práctica de deportes acuáticos; y Punta del Raset, de gruesa arena rojiza y aguas limpias, que alberga el puerto pesquero, un club náutico y una marina deportiva.

La zona de Las Rotas está tan asociada a sus numerosas calas, como al paseo marítimo en ella ubicado. Dentro de esta circunscripción se encuentra: la Playa Marineta Cassiana, una ensenada de arena gruesa protegida del oleaje por el espigón sur del puerto; El Trampolí, lugar recomendado para practicar el submarinismo; Punta Negra, cala de aguas transparentes igualmente frecuentada por submarinistas; Les Arenetes, tranquila cala de aguas color turquesa; y La Cala, pequeña y escondida bahía utilizada como playa naturista.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, si lo que se busca es playa, Denia resulta el destino idóneo. Pero su rica gastronomía, de marcada influencia marinera, potencian aún más, si cabe, el atractivo de la localidad. El producto estrella es la sabrosísima gamba roja, que es degustada con gran afición tanto por visitantes como por los habitantes del sitio, y muy valorada por los expertos gourmet. Sin embargo, tiene la consideración de plato típico por excelencia el arroz a banda, a base de pescado, otros ingredientes del mar, y los restantes de la receta. Algunos postres conocidos son los buñuelos de calabaza, la coca maría y los pasteles de boniato. También los prestigiosos vinos de la tierra son apreciados y se recomienda su cata.

Finalmente, cabe destacar que las playas y zonas costeras de Denia son gestionadas a través de unos sistemas de calidad medioambiental que aseguran la calidad de sus aguas, y que el visitante encontrará en el municipio una buena oferta de hoteles, predominantemente de pocas alturas, que le permitirán disfrutar en paz de este lugar privilegiado.

1 de abril de 2009

Chiclana, tradicional destino andaluz

Chiclana, municipio andaluz ubicado a 20 kilómetros de la capital de la provincia de Cádiz, a la que pertenece, es una ciudad con una marcada actividad turística, que se mantiene a lo largo de todo el año y aumenta particularmente en verano.

La ciudad, también conocida como Chiclana de la Frontera, representa uno de los principales destinos turísticos de Andalucía, y cuenta con un número de atracciones, entre las cuales, sin duda, destaca la Playa de la Barrosa. Se trata de una playa de fina arena blanca, con una extensión de ocho kilómetros, que ha obtenido la Bandera Azul, otorgada por la Unión Europea en reconocimiento a su buena gestión medioambiental. A lo largo del Paseo Marítimo que la recorre, existe un amplio número de restaurantes y establecimientos de ocio. Dentro de la zona pueden encontrarse campos de golf y diversos hoteles, que forman parte de la oferta alojativa de la ciudad.

Separada por un acantilado de la Playa de la Barrosa, se encuentra la también conocida Playa de Sancti Petri, de dos kilómetros, en la cual puede practicarse una diversidad de deportes acuáticos. Su nombre viene dado por el poblado del mismo nombre junto al que se halla ubicada, donde pueden descubrirse restaurantes, chiringuitos, y puertos deportivos como el Club Náutico.

Otro indudable atractivo de Chiclana son las internacionalmente célebres muñecas de Marín, creadas por el artista y empresario chiclanero José Marín Verdugo. Las caracteriza su fabricación artesanal, al igual que su indumentaria folclórica española, en particular las prendas flamencas típicas de la región andaluza. Estas muñecas son exportadas a numerosos países, y constituyen uno de los souvenirs españoles de mayor repercusión en ventas en el extranjero.

Pero Chiclana esconde igualmente otros factores que la convierten en destino de interés, como puede ser su variada gastronomía. Algunos de los sabrosos platos que pueden degustarse en esta animada ciudad andaluza incluyen el pescaíto frito, los embutidos chiclaneros, las almejas, los caracoles, las tortillas de camarones, la berza chiclanera, y los alcauciles con chicharros.

Dentro de la repostería representativa de la ciudad, de merecida fama, se encuentran los huesos de santo, los pestiños, las torrijas, así como las tortas de almendra elaboradas en el Convento de las Madres Agustinas Recoletas.

Por otra parte, Chiclana tiene una larga tradición vitivinícola, y merece la pena probar alguno de los vinos locales, de gran calidad. Las bodegas existentes pueden ser visitadas en su mayoría, y ofrecerán al visitante la posibilidad de descubrir vinos finos y moscateles de excepcional paladar.